Pico

La isla de Pico se sitúa en el grupo central de las Azores, frente a Faial y São Jorge. Es la segunda más grande (446 km2 de superficie) y la más alta del archipiélago (2.351 m). El volcán que corona la isla es el elemento geomorfológico y paisajístico más destacado, y uno de los hitos más importantes del conjunto del archipiélago. Se trata de un estratovolcán sin caldera a su alrededor, que se eleva sobre una amplia llanura central. La costa de Pico es poco acantilada, excepto por unas franjas en el norte, que no sobrepasan los 100 m de altura. Por el contrario, hay muchas las “islas bajas”, como las de Ponta do Mistério, Ponta da Rocha, Ponta do Castelete y Cachorro en el norte y Lajes do Pico en el sur. De hecho, casi todo el litoral meridional de la isla es bajo y de reciente formación, sin acantilamientos. Otro aspecto destacado es la existencia de unos pequeños islotes frente a Madalena, la capital, que son los restos de un volcán hidromagmático, hundido y fragmentado por la intensa erosión marina. Debido al carácter muy reciente de la formación de Pico, existen largas lenguas de lava que penetran en el mar en varios puntos del litoral, como los “mistérios” (malpaíses) de São Caetano – Ponta da Faca o São João, en la costa sur, de Manhenha y Ponta do Castelete, en la parte oriental, y de Calhâu, Prainha, Ponta do Mistério y Santo António en el norte.

El clima es muy similar al de otras islas del grupo central de las Azores. La precipitación media anual es de unos 1.195 mm, aunque este valor aumenta sensiblemente en las zonas altas del centro de la isla, produciéndose heladas y nevadas en el volcán de Pico durante el invierno. Las temperaturas, como es lógico, son mucho más suaves en las zonas del litoral, donde también hay más horas de sol, en especial en la vertiente sur.

La población ronda los 14.150 habitantes (2011), concentrada en su mayoría en los núcleos de Madalena, São Roque do Pico y Lajes do Pico, que constituyen las tres cámaras municipales o municipios de la isla. Las zonas montañosas y la amplia llanura central están completamente deshabitadas, debido sobre todo a los rigores del clima. En la economía de Pico tienen una gran relevancia los viñedos, que son los más extensos de todo el archipiélago y desde donde se exporta el conocido “verdelho”. Como reconocimiento, el paisaje agrícola tradicional de viñas, situado básicamente en torno a Madalena, ha sido declarado recientemente Patrimonio Mundial de la Humanidad. Otra actividad destacada es la pesca, sobre todo la de altura, así como la ganadería, con amplias zonas de pastos, mientras que en las últimas décadas ha adquirido importancia el turismo de montaña, particularmente con el objetivo de ascender al Pico.

Las primeras casas de la isla se construyeron en Ribeiros, si bien el primer núcleo de población importante se fundó en 1460, en Lajes do Pico. Entre las principales actividades del pasado figura la factoría ballenera establecida en São Roque do Pico desde 1542, la cual prácticamente desapareció con la prohibición de la caza de ballenas en los años 70 del pasado siglo. Hoy en día se promueve el turismo asociado a la observación de estos cetáceos, tanto en Lajes do Pico como en Madalena, ya que las Azores son una de las regiones del Atlántico más importantes para el paso y estancia de ballenas y delfines.

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