Camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus)
Pequeño paseriforme de 11,5-13 cm de longitud y de acusado dimorfismo sexual. La coloración del macho es más llamativa que la de la hembra, como sucede en muchas aves, y destaca por su pico rojo (que es corto y robusto), los tonos rosáceos del pecho, región ventral y parte de las alas y el color grisáceo de la cabeza. La hembra es más broncínea y pálida, al igual que el juvenil. Aunque su distribución mundial es relativamente amplia (norte de África, sur de la península ibérica, Oriente Medio y parte de Asia, hasta Afganistán y Pakistán), en la Macaronesia solo está presente como nidificante en Canarias, concretamente en La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lobos, Lanzarote, La Graciosa y Alegranza. Además, existen observaciones aisladas en El Hierro y Montaña Clara y un único registro en Cabo Verde (isla de Sal). La colonización de esta especie erémica en el archipiélago ha seguido un patrón este-oeste, con supuesto origen en el noroeste de África, si bien actualmente se considera que las poblaciones canarias están aisladas y pertenecen a la subespecie B. g. amantum, exclusiva de las islas y bien diferenciada genéticamente. Habita ambientes áridos y semidesérticos, como llanos terroso-pedregosos con vegetación xérica, áreas de cardonal-tabaibal, sistemas dunares (sobre todo con muros de piedra y/o zonas rocosas), “malpaíses” o campos de lava reciente e incluso montañas, laderas de barrancos y “cuchilletes”; también frecuenta cultivos de zonas bajas, así como cauces de barrancos con agua, adonde acude a beber. En el caso de La Graciosa nidifica incluso en su principal núcleo habitado. Su dieta es eminentemente granívora, compuesta por semillas y brotes de distintas plantas suculentas y anuales, entre las que destaca sobremanera el tebete (Patellifolia patellaris). Cría en oquedades y grietas de zonas rocosas naturales y muros de piedra, bajo rocas, en edificaciones abandonadas y en otras situaciones más raras, como el interior de cubiertas de coche y tubos abandonados en el suelo. El período reproductor se extiende entre enero y mayo, llevando a cabo como mínimo dos puestas al año, que son de 3-6 huevos, aunque 4-5 es el número más habitual. Son particularmente llamativos los cortejos, en los que el macho mueve de forma espasmódica las alas y se muestra un tanto erguido ante la hembra, emitiendo a menudo voces de tipo nasal. Fuera de la época de cría forma bandos de decenas de ejemplares (a veces de un centenar o más), que se mueven por amplias zonas en busca de alimento. Tales agrupaciones se observan actualmente en las dos islas más orientales, así como en Gran Canaria y, en menor medida, La Gomera. Los principales factores de amenaza son la destrucción y alteración de su hábitat, la captura de ejemplares para su mantenimiento en cautividad, la depredación de nidos por ratas y gatos y, posiblemente, el uso de insecticidas en los cultivos. Sus efectivos se han visto muy reducidos en las últimas décadas en Tenerife, donde se considera casi extinguido, así como en Gran Canaria. Sin embargo, las poblaciones de Fuerteventura y Lanzarote gozan aún de buena salud