Santiago

Santiago constituye la isla capitalina y, a su vez, la de mayor tamaño del archipiélago de Cabo Verde, con 991 km2. Su geografía está caracterizada por la existencia de una amplia red de barrancos y valles, que parten en su mayoría de los dos macizos o sierras existentes, la Serra do Pico da Antónia (1.064 m de altitud) y la Serra da Malagueta, la cual, con 1.392 m, es la cota máxima insular. Por otra parte, destacan algunos imponentes acantilados costeros, en especial los de la Baia do Inferno e inmediaciones, ubicados en el sector occidental, que llegan a alcanzar una altura superior a los 400 m en algunos tramos. En cambio, el litoral oriental es, en líneas generales, poco acantilado, abundando las rasas intermareales y bahías con playas de callaos y arena negra, siendo mucho más rara la aparición de arenas rubias de carácter orgánico.

Un aspecto que llama mucho la atención de la geomorfología de Santiago es la ausencia de coladas lávicas recientes, mientras que los conos volcánicos bien definidos son más bien escasos. Ello demuestra que las fuerzas que han imperado en los últimos milenios en esta isla son las erosivas, frente a la importante acción de los volcanes en otras ínsulas, y más concretamente en Fogo. Algunos valles (sobre todo de la vertiente meridional) llaman la atención por su aspecto fuertemente arramblado y forma de U, lo cual habla bien claro de la mayor antigüedad geológica de esos barrancos frente a otros que siguen teniendo la forma clásica de V. En cuanto al clima, las lluvias pueden ser irregulares, si bien en los últimos años éstas han sido relativamente cuantiosas y han teñido de verde el paisaje de la isla durante el período comprendido entre agosto-septiembre y noviembre, que es cuando llegan los monzones al archipiélago. Los valores medios anuales más altos se registran en la Serra de Malagueta, donde se alcanzan e incluso superan los 650 mm. Como es lógico, las mayores temperaturas se alcanzan en las zonas bajas, sobre todo en el sur de la isla.

Con una población de 273.919 habitantes (censo de 2010), esta isla destaca por ser la que ha recibido una mayor influencia africana de todas, patente no solo en los rasgos de la población actual, sino también en determinadas manifestaciones culturales que se han mantenido a lo largo de los siglos, como el ritual de la “Tabanca”. Desde el punto de vista histórico, es interesante mencionar que la capital del archipiélago se ubicaba inicialmente en Ribeira Grande -llamada posteriormente Cidade Velha-, que se sitúa al oeste de Praia. Dicha población fue arrasada por unos piratas franceses, al mando de Jacques Cassard, en 1712, a raíz de lo cual la capitalidad de las islas fue trasladada a Praia. Recientemente Ribeira Grande ha sido objeto de un interesante proyecto de restauración, financiado en gran medida por la Agencia Española de Cooperación Internacional, lo cual ha facilitado su declaración, por parte de la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad.

La actividad agrícola es muy importante aún en esta isla, sobre todo la basada en el millo y los “feijões”, que suponen una fuente alimenticia crucial para la población; también destaca la agricultura de tipo tropical (mangos, plataneras, cocoteros, caña de azúcar, mandioca, etc.), que requiere de valles con ciertos recursos hídricos, condiciones que se dan, por ejemplo, en Ribeira Grande, Ribeira da Prata, Tarrafal, São Domingos, São Jorge dos Orgãos y Pedra Badejo. Además, con la caña de azúcar se obtiene el “grogue”, una bebida alcohólica muy fuerte, que viene a ser un tipo de ron y está muy extendida por las islas. Igualmente, es importante la ganadería, centrada en el ganado vacuno y caprino, así como en el asnal, aunque no hay que desdeñar la pesca, practicada tanto desde el puerto de Praia como a partir de las localidades de Tarrafal, Ribeira da Barca, Calheta de São Miguel, Pedra Badejo, Porto Mosquito, etc., si bien dicha actividad no está aún muy desarrollada y tiene un alto potencial como fuente importante de ingresos para el país.

La densidad de población en esta isla es muy alta, y continúa creciendo como consecuencia de la importante arribada de habitantes de otras islas y del continente africano. Aunque su centro económico sigue siendo Praia, en las últimas décadas hay otras localidades que han ido adquiriendo una cierta relevancia, tales como São Domingos, Assomada, Santa Cruz y Tarrafal. Esta última constituye en la actualidad el principal centro turístico a nivel insular, junto con las instalaciones existentes en la Baía de São Francisco y la zona comprendida entre Praia y Cidade Velha, donde se pretende desarrollar un amplio “resort” con un campo de golf. Por último, en el plano educativo hay que destacar la creación reciente de la Universidad de Cabo Verde, una institución pública que, pese a ser muy joven, está desarrollando una importante labor formativa y científica y mantiene buenas relaciones con otras universidades del entorno macaronésico, europeo y americano.

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