São Nicolau
La isla de São Nicolau tiene una superficie de 343 km2 y una altitud máxima de 1.304 m (Monte Gordo). Forma parte del grupo de Barlovento y su capital es Ribeira Brava, situada en el interior y no junto al mar, como Nova Sintra, capital de Brava. Se trata de una ínsula muy escarpada, con acantilados costeros que superan los 200 m de altura, algunos barrancos y valles de notable relieve (p. ej. los de Fajã, Ribeira da Prata y Ribeira Funda) y montañas y picos que se sitúan por encima de los 1.000 m, como el ya citado Monte Gordo. Hay algunas playas de arena, aunque éstas son mayoritariamente de tipo basáltico, no organógeno, si bien resultan más frecuentes las franjas de callaos. La vertiente norte es sensiblemente más húmeda que la meridional, sobre todo entre Ribeira da Prata y Cachaço, y en el sector oriental, donde se sitúa el Alto das Cabaças; estas zonas reciben habitualmente las nieblas generadas por los alisios, que contribuyen a suavizar las temperaturas. La precipitación media anual es de unos 200 mm, aunque en las zonas más altas y montañosas es superior, mientras que por el sur de la isla las lluvias son más escasas y el paisaje resulta bastante desértico y desolador.
São Nicolau cuenta con una población de 12.817 habitantes (censo de 2010), concentrada en núcleos como Ribeira Brava y Tarrafal, que son los más importantes y a su vez cabeza de los dos municipios existentes, respectivamente, aunque existen otros muchos caseríos a lo largo de la vertiente norte (Ribeira da Prata, Fajã de Cima y Fajã de Baixo, Cachaço, Juncalinho, etc.), mientras que el sector meridional está bastante menos poblado, si exceptuamos Tarrafal. El número de habitantes de esta isla no ha sufrido cambios muy notables desde la década de 1960, ya que se ha mantenido en valores comprendidos entre los cerca de 13.000 y 16.300. A partir de 1970, sin embargo, la población ha ido bajando de forma paulatina. Ello se debe a la emigración al extranjero y a otras islas del archipiélago donde hay mayores oportunidades laborales, como Sal y Boavista.
Su actividad económica sigue centrada en gran medida en el sector primario (agricultura, ganadería y pesca), aunque empieza a despuntar, tímidamente, el sector turístico, de momento limitado en gran medida a un tipo de visitante ávido de senderismo, naturaleza y contacto con la población local. En este sentido, las únicas instalaciones hoteleras y pensiones de cierto nivel se ubican en Ribeira Brava y Tarrafal, localidades que ahora están unidas por una carretera moderna y rápida. Siguen existiendo cultivos de regadío (p. ej. de caña de azúcar, utilizada para elaborar el “grogue”), en parte gracias a la perforación de una galería de agua en el valle de Fajã, y el sector pesquero está bastante desarrollado a nivel local, como lo demuestra la importancia de la flota existente en Tarrafal, y en menor medida en otros enclaves costeros de la isla, como Preguiça. Por otra parte, hay muchas cabeza de ganado (sobre todo de caprino, bovino y asnal) y el pastoreo se practica aún en amplias zonas, aprovechando sobre todo los pastos producidos tras las lluvias estivales y otoñales en la generalidad de la superficie insular, y, ya fuera de esa época, los de montaña.
Entre las pocas industrias que ha habido en S. Nicolau cabe destacar las de transformación de pescado (atún enlatado en aceite), elaboración de “grogue” y, curiosamente, una pequeña estación de caza de ballenas que existió entre finales del siglo XIX y principios del XX en las inmediaciones de Carriçal y en Tarrafal, actividad que llegó a emplear en la época a una docena de personas en esta última localidad. Por último, hay que destacar el esfuerzo realizado en las tres últimas décadas por crear arboledas en varias zonas de la isla (p. ej. Carriçal, Monte Gordo, etc.), de manera que la superficie forestada en la actualidad se cifra en unas 2.000 ha.