La Gomera
La Gomera es una isla de forma redondeada, con una superficie de 369,7 km2 y una altitud máxima de 1.487 m (alto de Garajonay). Su relieve es muy escarpado, existiendo una amplia red de grandes barrancos y valles que se desarrollan de forma más o menos radial desde el centro de la isla, destacando por su entidad los de Vallehermoso, Hermigua, La Villa, Santiago, La Rajita y Valle Gran Rey. La costa es acantilada en casi todo su perímetro, con cantiles que superan los 300 m de altura en algunos tramos, como en Los Órganos (Vallehermoso) y en Taguluche y La Mérica (Valle Gran Rey). Como contraste, en algunos puntos del norte (Puntallana) y oeste (playa del Inglés-playa de Vueltas, en Valle Gran Rey) el relieve litoral se suaviza, apareciendo incluso pequeños sistemas arenosos, que son únicos en el contexto insular. Al no existir episodios volcánicos históricos y ni siquiera recientes, en La Gomera han predominado las fuerzas erosivas sobre las constructivas, lo que se aprecia muy bien en su geografía. Así, aparte de los barrancos, importantes testigos de su antigüedad geológica son los roques (pitones) de Agando, Ojila y Zarcita, al igual que La Fortaleza de Chipude, que alcanza los 1.243 m de altitud. También resalta el macizo de Enchereda, con una cota máxima de 1.065 m.
El clima de La Gomera es de tipo mediterráneo, con precipitaciones medias anuales inferiores a los 250 mm en las zonas bajas de la vertiente meridional, oriental y occidental y valores mucho más elevados en el norte y centro de la isla, donde se llegan a superar los 1.000 mm. En este sentido, la existencia de una importante masa de laurisilva o monteverde húmedo en el Parque Nacional de Garajonay favorece sin duda ese incremento notable en las lluvias, facilitando a su vez la formación de las denominadas “precipitaciones ocultas”. La temperatura media anual es de 22º C, correspondiendo los valores mínimos a los meses de enero y febrero (14º C) y los máximos a agosto (29). Los vientos predominantes son, al igual que en la generalidad de Canarias, los alisios del noreste, que están cargados de humedad, aunque en ciertas épocas inciden también los de componente oeste, que suelen traer, además, temporales de agua en otoño e invierno, con lluvias que pueden tener un carácter torrencial, como evidencian las propias formas del relieve y ha ocurrido a veces en las últimas décadas.
La población de esta isla asciende a 23.076 habitantes (año 2011), de los que 8.515 viven en la capital, San Sebastián de La Gomera, 5.116 en Valle Gran Rey y 3.142 en Vallehermoso, mientras que los restantes municipios (Agulo, Hermigua y Alajeró) cuentan con menos de 2.500 habitantes cada uno, siendo el menos poblado el de Agulo, con 1.174 personas.
La economía gomera se sustenta actualmente, en buena medida, en el turismo. La isla cuenta con instalaciones de gran calidad en Valle Gran Rey, Playa Santiago y San Sebastián, principalmente, aunque el auge del senderismo y el turismo “alternativo” hacen que haya crecido el número de infraestructuras dedicadas al turismo rural en los últimos años en varias localidades de la isla, como Vallehermoso, Agulo y Hermigua. Por otro lado, tiene gran importancia la llegada de cruceros al puerto de San Sebastián, con un incremento notable de visitantes, con más de 22.000 cruceristas anuales en los últimos años. Uno de los lugares más frecuentados por los turistas es el Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. A pesar del crecimiento turístico, La Gomera sigue siendo una isla muy rural, en la que las actividades tradicionales ocupan un lugar destacado. La agricultura se desarrolla principalmente en el norte (Vallehermoso, Agulo y Hermigua), así como en ciertos valles del sur (Playa Santiago y La Dama) y el oeste (Valle Gran Rey).
Los cultivos de mayor importancia son las plataneras, los viñedos y los frutales, así como la horticultura de regadío. En este sentido, sorprende la visión de numerosos bancales en laderas fuertemente inclinadas, lo que da una idea del gran esfuerzo de los habitantes de esta isla por poner en marcha una agricultura de subsistencia en tiempos difíciles. Además, destaca el aprovechamiento de las numerosas palmeras canarias existentes, de las que extrae el “guarapo”, con el que se hace la miel de palma, producto típico gomero. En cuanto a la actividad ganadera, La Gomera cuenta con una importante cabaña caprina, con la que se obtienen magníficos quesos; en menor medida, también hay ovejas y vacas, siendo muy importante en la actualidad el ganado avícola (gallinas). La pesca es un sector que opera con base en dos únicos puertos, que están situados en la vertiente meridional de la isla (Playa Santiago y Valle Gran Rey). Tradicionalmente ha tenido gran relevancia la pesca de túnidos, y durante el pasado se llegaron a establecer factorías para la elaboración del denominado “caviar gomero”, actualmente abandonadas.