Abubilla (Upupa epops)
Ave de 26-28 cm de longitud total, con una envergadura de 44-48 cm. Se trata de una especie inconfundible, con su combinación de cresta plegable de color beige con puntas negruzcas, alas con amplias franjas blancas y negras y pico largo y curvado; la cola es negra, con una banda blanca en su base. En la Macaronesia solo se encuentra como nidificante en los archipiélagos de Madeira (isla de Porto Santo) y Canarias (todas las islas, además de los islotes de La Graciosa y Lobos), aunque también ha sido observada de forma ocasional en varias islas de Azores y Cabo Verde, así como en las Salvajes y Madeira. Su hábitat principal son zonas xéricas abiertas y cultivos de zonas bajas, si bien en Canarias también ocupa las áreas de medianías; ocasionalmente se le observa en pistas y claros de zonas forestales de monteverde y pinar, y también hay datos en el matorral de alta montaña, a unos 2.000 m de altitud, pero en este ambiente no se ha confirmado su cría. Se alimenta principalmente de insectos y sus larvas, así como de otros invertebrados e incluso reptiles de pequeño tamaño (lagartos y perenquenes). La época de reproducción comienza muy pronto, ya desde diciembre o enero, extendiéndose hasta junio e incluso julio. Pone 4-8 huevos en oquedades de muros de piedra, riscos naturales, edificaciones abandonadas, entre rocas en el suelo, en troncos de árboles, en bidones metálicos y en trampillas de cemento situadas en el suelo. Es una especie parcialmente migratoria, apreciándose la llegada de aves sobre todo en los inicios de la primavera. En ocasiones se dan concentraciones numerosas en determinadas zonas (p. ej. en los sistemas arenosos de las islas orientales de Canarias y en los campos de golf), donde pueden verse decenas de ejemplares. Aunque todavía es común en Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa, así como en Porto Santo, la abubilla ha sufrido una notable reducción de efectivos en las últimas décadas, lo que se refleja en su desaparición como nidificante en amplias zonas de Canarias, por ejemplo en buena parte del norte de Tenerife. Entre los factores de amenaza que le afectan se encuentran el uso de productos químicos en los cultivos, los cambios en los sistemas agrarios, la depredación por mamíferos introducidos y la destrucción y alteración de su hábitat.