Archipiélago de Azores

El archipiélago de Azores se sitúa a unos 1.380 km de Portugal continental y está formado por un total de nueve islas, que se distribuyen en tres grupos: el oriental, con Santa Maria y São Miguel; el central, con Terceira, São Jorge, Graciosa, Pico y Faial; y el occidental, con Flores y Corvo. Estas dos últimas islas se encuentran en la placa tectónica americana y no en la europea como las demás, y bastante más cerca del continente americano, en concreto a 1.930 km de distancia de la isla de Newfoundland (Canadá). São Miguel, con 757 km2 de superficie, es a la isla mayor y su vez la capitalina, mientras que Corvo, con 17 km2, es la más pequeña. La superficie total del archipiélago es de 2.344 km2, y su altura máxima se encuentra en la cima de la isla de Pico (2.351 m).
Con relación a la geomorfología, se debe tener en cuenta el origen geológico reciente de la mayoría de las islas, lo que hace que prácticamente no existan grandes barrancos, excepto unos pocos, como los que se encuentran en el este de la isla de São Miguel, una de las zonas más antiguas del archipiélago. Sin embargo, destacan los acantilados costeros existentes en todas las islas, las grandes calderas de origen volcánico (en especial las de São Miguel, Terceira, Faial y Flores) -casi siempre con lagos naturales- y las alineaciones de volcanes o conos de cínder recientes, bien visibles en las islas de São Jorge y Pico. En particular, destaca por sus dimensiones y aspecto general el volcán central de la isla de Pico, que es un estratovolcán como el Teide, en Tenerife (Canarias), o el Pico Novo, en Fogo (Cabo Verde), aunque sin una caldera alrededor como en el caso de los anteriores.
El clima de las Azores es muy peculiar, como refleja el propio hecho de que un anticiclón que afecta con frecuencia al continente europeo lleve su nombre. Destaca el régimen de precipitaciones, que es el más alto, con diferencia, de toda la Macaronesia, ya que hay islas en las que la media anual puede rondar los 4.000 mm, como es el caso de Flores. Este valor tiene una diferencia de más de 1.000 mm con respecto a los más altos registros conocidos para Madeira y tres veces superior a los valores conocidos para Canarias. En cualquier caso, la media anual para el conjunto del archipiélago se sitúa entre 1.000 y 1.600 mm al nivel del mar. La humedad relativa también es muy alta, llegándose a alcanzar en ciertas zonas el 95%, siendo el grado de insolación bastante bajo, ya que en las dos islas más orientales -las más favorables por su situación geográfica- la media anual de días con sol no supera los 73. Por otro lado, hay que destacar que la temperatura del mar es mayor de lo esperado por la latitud de las islas, debido a su posición geográfica, en plena ruta de la corriente cálida del Golfo.

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