Cuervo (Corvus corax)

Ave de 56-67 cm de longitud y 115-130 cm de envergadura, que se caracteriza por su color negruzco uniforme y pico robusto, además de por su voz, que es un graznido ronco y fuerte. Es el córvido de mayor tamaño de la Macaronesia y de todo el Paleártico occidental. Dentro de nuestra región solo está presente en Canarias, donde aparece la subespecie C. c. canariensis, considerada endémica del archipiélago, aunque a veces estas poblaciones son adscritas a C. c. tingitanus, propia del norte de África. Habita todas las islas y algunos islotes (Alegranza, Montaña Clara, La Graciosa y Lobos), siendo un ave muy característica de lugares escarpados, como acantilados costeros, grandes barrancos y riscos del interior, que también cría en pinares abiertos y relativamente llanos. En altitud supera los 2.000 m, tanto en La Palma como en Tenerife, aunque en esta última ya es muy rara en dichas cotas. A la hora de alimentarse frecuenta vertederos, zonas cultivadas y áreas recreativas, además de carreteras, donde aprovecha los animales atropellados. Su dieta es omnívora e incluye, además de carroña, insectos, caracoles, ratones, reptiles (principalmente lagartos), huevos de aves, etc., destacando su papel como dispersor de plantas vasculares endémicas (p. ej. sabinas y cedros), al consumir sus frutos. La época de cría se extiende entre febrero y junio, aunque las puestas (3-7 huevos) se producen principalmente en marzo y abril. El nido, bastante grande y robusto, lo ubica por lo general en paredes rocosas naturales, y en menor medida árboles y tendidos eléctricos. Es muy gregario fuera del período reproductor, de manera que en ocasiones se forman importantes bandos que deambulan por amplias zonas. A pesar de su abundancia en el pasado, el cuervo es común actualmente solo en algunas islas, como Fuerteventura y El Hierro, siendo más escaso en Lanzarote y sus islotes. Las poblaciones más reducidas son las de La Palma (17 parejas), La Gomera (mínimo de cinco), Tenerife (12) y Gran Canaria (10), según un censo realizado en 2009. Como contraste, solo en Fuerteventura podría haber más de 100 parejas. Su declive ha sido muy marcado, sobre todo a partir de la década de 1980, llegando hasta el 83-85% en Tenerife y el 95% en La Gomera. Por ello, se trata de un ave “En peligro de extinción” en la mayoría del archipiélago canario. Las principales amenazas que le afectan son la disminución del alimento, el uso de venenos en los campos, la caza furtiva, el choque con tendidos eléctricos, la fragmentación y alteración del hábitat, las molestias humanas en sus áreas de nidificación y la competencia con las gaviotas. Urge confirmar la validez de la subespecie canariensis, por sus importantes implicaciones conservacionistas.

Volver
/* */