Halcón de Eleonora (Falco eleonorae)

Rapaz de 36-42 cm de longitud total y 87-104 cm de envergadura. Presenta dos fases o morfos con muy distinta coloración, ya que hay ejemplares muy oscuros, de tonalidad marrón-chocolate (casi negruzco) más o menos uniforme, y otros con un neto contraste entre el plumaje dorsal, más oscuro, y el ventral, que es castaño-anaranjado y presenta numerosas estrías verticales; la garganta y una zona situada debajo del ojo son blancas. También se citan individuos intermedios. Este falcónido cría en numerosas islas e islotes del Mediterráneo, el litoral atlántico marroquí y Canarias, concretamente en Alegranza, Roque del Oeste, Montaña Clara y Roque del Este; también se observa en migración en el resto del archipiélago, y existen citas aisladas en Madeira, Porto Santo, las islas Salvajes y São Vicente (Cabo Verde). Se trata de una especie que realiza extraordinarias migraciones anuales desde sus áreas de reproducción a Madagascar, que le llevan a atravesar el continente africano o a bordearlo por el mar Rojo y el océano Índico. Su alimentación se compone básicamente de pequeñas aves migratorias (paseriformes), si bien captura a menudo insectos -antes de iniciar la nidificación o en la primera etapa de la misma- y es capaz de depredar sobre aves marinas pelágicas (paíños y petreles), codornices, limícolas, tórtolas y otras especies de tamaño medio. Suele formar “despensas”, ya que oculta los cadáveres de sus presas cerca de los nidos. La reproducción tiene lugar en pleno verano, produciéndose las puestas (1-4 huevos, habitualmente 2-3) entre la segunda mitad de julio y primeros de agosto. Los nidos son pequeños cuencos realizados en el interior de oquedades o andenes, y más raramente se ubican debajo de tabaibas y en nidos de cuervo (Corvus corax) abandonados. La época de cría está en sincronía con el paso de aves migratorias. La totalidad de los halcones de Eleonora se van del archipiélago una vez acabada la reproducción, en pleno otoño, al igual que ocurre en el resto de su área de distribución. La población canaria actual es algo superior a las 300 parejas nidificantes, y no ha dejado de crecer desde los años 90 del pasado siglo, ya que en las décadas de los 70 y 80 se mantuvo en alrededor de 60 parejas y a partir de ahí pasó a unas 200 en el período 2000-2001. A pesar de ello, hay distintos factores que le afectan, como son las molestias humanas en las áreas de nidificación y la posible depredación por gaviotas y otras aves, mientras que fuera de los islotes se han registrado casos de envenenamiento y colisión con tendidos eléctricos. Por suerte, la totalidad de los efectivos canarios está protegida por la declaración de espacios naturales y por labores de vigilancia ejercidas por las administraciones públicas.

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