Isla de Brava (Cabo Verde)
Brava, ubicada en el extremo occidental de las islas de Sotavento de Cabo Verde, tiene una superficie de 64 km2, por lo cual constituye la más pequeña de las ínsulas habitadas del archipiélago y la segunda de menor extensión tras Santa Luzia, con 35 km2. Se trata de un territorio con una gran pendiente media (su altitud máxima es de 976 m, en Monte Fontainhas), de manera que se asciende rápidamente desde el nivel del mar hasta la meseta superior, donde se ubica la capital, Nova Sintra. Destacan sus imponentes acantilados costeros, como los que existen en su extremo sur, que llegan a tener más de 300 m de altura, así como algunos valles bastante profundos, entre los que está el de Fajã de Água. Esta isla suele estar cubierta de nubes durante buena parte del año, en especial cuando más inciden los alisios -entre el invierno y finales de la primavera-, pero también durante la estación de las lluvias, que acontece por lo general de agosto a octubre-noviembre. La precipitación media anual ronda los 400 mm, siendo las lluvias, lógicamente, más intensas en las zonas altas.
La población actual es de 5.995 habitantes (censo de 2010), cuya actividad principal está centrada en la agricultura, que está muy desarrollada, tanto en la meseta central como en los valles y barrancos inferiores (Fajã de Água y Tantum – Porto dos Ferreiros). Los principales cultivos, al igual que en el resto de Cabo Verde, son el millo y los “feijões”, si bien en los valles que tienen agua en el subsuelo e incluso en superficie se cultivan frutales tropicales (plataneras, mangos, papayas, cocoteros, etc.). La pesca, como antaño, sigue siendo importante. Como curiosidad histórica, en tiempos pasados los barcos balleneros americanos solían atracar en esta isla, donde reclutaban hombres para la caza de la ballena en el Atlántico, lo que abrió las puertas de la emigración caboverdiana a los EEUU. La aportación de divisas de los emigrantes es uno de los capítulos económicos más importantes de Cabo Verde. Por otro lado, la actividad ganadera sigue teniendo vigencia en la actualidad. Otra antigua fuente de ingresos fue la exportación de la orchilla (Roccella spp.), un líquen que crece de forma natural en los acantilados costeros y del que se obtiene un tinte de color púrpura.
Brava fue descubierta en 1462 por Diogo Gomes, a la que denominó inicialmente São João. Por otra parte, en el imaginario colectivo siempre ha prevalecido la denominación popular de “isla de las Flores”, en alusión a sus jardines bien cuidados con profusión de flores de diversas latitudes. Entre los primeros pobladores de la isla figuraban gentes de Madeira y de distintas zonas de Portugal continental (Algarve, Minho, etc.), que se mezclaron con los antiguos esclavos para dar lugar a la población actual. Por último, un aspecto a señalar son los problemas de comunicación que siempre ha tenido esta isla con el resto del archipiélago, actualmente solventados con una línea marítima regular.