Lisneja (Chalcides simonyi)
La lisneja es la mayor y más robusta de las lisas de Canarias, llegando a superar los 23 cm de longitud total; también es la de biología menos conocida. Habita Fuerteventura, Lobos y Lanzarote, pero su hallazgo en esta última ha sido relativamente reciente. En Fuerteventura ocupa las partes central y septentrional, donde presenta además una distribución muy fragmentada, casi siempre vinculada a suelos antiguos, profundos y fértiles, en muchas ocasiones dedicados a tareas agrícolas, con restos de vegetación termófila, o donde abundan las tuneras. Igualmente, aparece en malpaíses con buena cobertura vegetal y escaso suelo. En Lobos su presencia parece ser testimonial, a tenor de las contadas referencias recopiladas en las últimas décadas. En Lanzarote es bastante escasa, y concentrada en las partes más elevadas del macizo de Famara. Su dieta incluye invertebrados y frutos. El periodo de reproducción de este reptil ovovivíparo abarca de febrero a mayo, y las hembras dan a luz 4-5 crías. Los pocos datos precisos que se conocen apuntan a una disminución general de sus poblaciones, motivada entre otros factores por la pérdida de suelo debida a la erosión. Se han encontrado evidencias de depredación por cernícalos (Falco tinnunculus) y alcaudones reales (Lanius meridionalis), aunque su impacto no se supone muy grave. La llegada de las lisnejas a Canarias se debió a un evento colonizador independiente que tuvo lugar hace unos cinco millones de años, bastante más reciente al de las lisas que habitan las restantes islas, de ahí que mantenga un mayor parentesco con especies continentales que entre ambas poblaciones insulares.