Murciélago canario de bosque (Barbastella barbastellus guanchae)
Murciélago de pequeño tamaño (antebrazo de 37 a 42 mm) y coloración muy oscura, pardo-negrusca bastante uniforme, careciendo los ejemplares canarios del característico “escarchado” blanquecino-dorado del dorso que presentan las poblaciones continentales; las orejas están unidas frontalmente. La subespecie B. barbastellus guanchae es endémica de Canarias, donde está presente solo en las islas de Tenerife y La Gomera, aunque la especie típica muestra una distribución muy amplia. Aparece desde cerca del nivel del mar hasta los 1.700 m de altitud, si bien manifiesta una cierta predilección por las masas boscosas de monteverde y pinar. Se refugia en cuevas naturales y artificiales, galerías de agua, puentes y construcciones abandonadas, existiendo también referencias fiables de que utiliza grietas de árboles viejos, al igual que acontece en Europa y Marruecos. Se ha comprobado que las hembras están amamantando durante el mes de julio, aunque hay muy pocos datos sobre la reproducción. Su dieta es insectívora, lo mismo que la de los demás quirópteros canarios, y se ha sugerido que la distribución de esta especie puede estar condicionada por su especificidad alimentaria, ya que se basa en pequeños lepidópteros nocturnos. El murciélago canario de bosque es raro y escaso, y nunca se han encontrado colonias numerosas del mismo, aunque en Tenerife muestra una repartición relativamente amplia y dispersa, por lo que manifiesta un alto grado de adaptación a los más diversos ecosistemas. Entre las amenazas que le afectan se han señalado la pérdida de masas forestales, la desaparición de árboles añosos en los que refugiarse, la incidencia de los biocidas y las intervenciones humanas en sus refugios. Sin duda, se trata del quiróptero menos abundante en las islas Canarias, lo que, junto a su estatus de subespecie endémica, lo convierte en un animal bastante vulnerable.