Nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri)

Murciélago de mediano tamaño, con antebrazo de 38,0 a 47,1 mm. Tiene el pelaje de color pardo dorado en el dorso, que puede ser de tonalidad variable, mientras que en el vientre es más pálido. Sus orejas son cortas y anchas, con el trago corto, y el hocico cuenta con prominencias glandulares muy patentes. En la Macaronesia aparece en la isla de Madeira (subespecie N. l. verrucosus, endémica del archipiélago) y en Canarias (ssp. N. l. leisleri, presente también en el noroeste de África, el continente europeo y Asia), donde ocupa tan solo Tenerife y La Palma, aunque ha sido citado como accidental en Lanzarote. En las Azores se halla N. azoreum, una especie muy bien diferenciada y exclusiva de dichas islas. Se encuentra desde casi el nivel del mar a los 2.150 m de altitud en Canarias, y en Madeira hasta los 1.860 m, por lo que ocupa muy distintos hábitats: acantilados costeros, cardonal-tabaibal, cultivos de medianías, núcleos de población, monteverde, pinar y matorral de alta montaña. Los refugios conocidos en la Macaronesia se sitúan en edificaciones abandonadas, cajas-nido para aves insectívoras, oquedades de árboles y grietas de acantilados. Para cazar acude a menudo a las farolas del alumbrado público a partir del crepúsculo, donde captura insectos de pequeño y mediano tamaño, por ejemplo lepidópteros de la familia Noctuidae. Se conoce muy poco acerca de su biología, pero se sabe que la época de celo se produce entre septiembre y octubre, cuando hay un mayor desarrollo testicular en los machos y se ha observado comportamiento territorial, mientras que en mayo y junio las hembras se encuentran amamantando. Además, es una de las pocas especies de quirópteros canarios que hibernan en cotas altas, a más de 2.000 m (al menos en Tenerife), si bien durante el invierno mantiene su actividad en zonas bajas y medias. A pesar de que es común y está ampliamente distribuido en Madeira y Tenerife y, en menor medida, en La Palma (donde ocupa el sector oriental de la isla), le afectan distintos factores de amenaza, tales como la destrucción y alteración de sus refugios y el uso de productos químicos en la agricultura, no descartándose la incidencia negativa de los parques eólicos, al menos en el caso de Madeira.

Volver
/* */