Paleontología de Cabo Verde

El registro paleontológico de Cabo Verde es, al igual que en la mayoría de archipiélagos volcánicos oceánicos, bastante incompleto, además de sesgado en su estudio. Así, los fósiles marinos son los mejor estudiados, particularmente los pertenecientes al Cuaternario. No obstante, la historia paleontológica del archipiélago se remonta al Mesozoico, concretamente a sedimentos cretácicos que afloran en la isla de Maio. Estos afloramientos están constituidos por calizas compactas donde se han hallado fragmentos de ammonites (Aptychus sp.), bivalvos (Inoceramus sp.) y foraminíferos, que indican una edad Cretácico inferior (unos 120 millones de años, en adelante Ma) para estos sedimentos, aunque aún existe cierta discusión al respecto. Los sedimentos del Eoceno y Oligoceno están presentes en varias islas de este archipiélago: São Nicolau, São Vicente, Brava, Santiago, Maio, Boavista y Sal. Estos afloramientos están formados por conglomerados y areniscas, y no hay datos de los fósiles que aparecen en ellos, ya que los materiales sedimentarios están muy alterados. No ocurre lo mismo con los yacimientos del Neógeno (23-2,5 Ma), que aparecen en todas las islas salvo Fogo, si bien donde están mejor representados es en São Nicolau. Se trata de conglomerados de cantos basálticos englobados en arenas organógenas y en niveles de arenas amarillas, que se encuentran a diferentes alturas sobre el nivel del mar actual y bastante distantes de la línea de costa. En estos depósitos se ha hallado una enorme cantidad de especies de foraminíferos (Amphistegina spp., Globigerina spp., etc.), equinodermos (Clypeaster altus), gasterópodos (Cerithium tauroconicum, Aspa marginata, etc.) y bivalvos (Glycymeris spp., Cardita spp., Pecten spp., etc.), así como dientes del tiburón Carcharodon megalodon. Algunas de las especies de moluscos se pueden observar actualmente en las islas, pero otras son propias del Mioceno y Plioceno y se han extinguido. También se encuentran afloramientos sedimentarios correspondientes al Cuaternario (Pleistoceno y Holoceno), constituidos por conglomerados y areniscas más o menos compactas de origen marino (“playas levantadas”), y depósitos dunares, algunos activos, que cubren gran parte del territorio de algunas islas. Los yacimientos marinos cuaternarios, que se localizan en el litoral de todas las ínsulas, se han originado en diferentes fases transgresivas (subidas) del nivel del mar, acontecidas durante el último millón de años, por lo que se pueden observar a diferentes alturas sobre la actual línea de costa. Las especies de moluscos fósiles que se observan en estas playas levantadas son muy semejantes a las que aparecen en la actualidad en las aguas de Cabo Verde (Thais nodosa, Nerita senegalensis, Strombus bubonius, etc.), es decir, especies típicas de aguas cálidas. Sin embargo, algunas de estas especies aparecen en los depósitos marinos cuaternarios de otros archipiélagos macaronésicos, como Canarias (Strombus bubonius) o Azores (Zonaria picta, Cantharus viverratus), lo que indica que en épocas pasadas las faunas cálidas migraron hacia el norte al producirse un ascenso en la temperatura del agua del mar. El estudio comparativo de las asociaciones de fósiles de los diferentes yacimientos en distintos archipiélagos confirma la gran influencia que han tenido los cambios climáticos y las corrientes marinas en la dispersión de las especies y su distribución biogeográfica en el pasado y en el presente. Otro tipo de yacimiento cuaternario son las dunas consolidadas y sedimentos de inundación, en los que se observan restos de raíces de vegetales (Tamarix sp., Phragmites sp., Sideroxylon marginata) y conchas de gasterópodos terrestres (Helix sp. y Zootecus insularis), pero también restos óseos de vertebrados. El estudio de los fósiles de vertebrados es muy escaso en Cabo Verde, si bien existen algunos datos interesantes. En el interior del cráter de Pedra Lume (Sal) se encontraron restos de una tortuga terrestre (Geochelone atlantica), de tamaño menor al de las especies del mismo género que se han hallado en diferentes islas de Canarias. Otros reptiles endémicos extintos son el perenquén gigante (Tarentola gigas) y la lisa gigante (Chioninia coctei), propia de los islotes de Branco y Raso y hallada como subfósil en Santa Luzia y São Vicente. En el caso de las aves, también en Sal se han hallado restos de varias especies que se distribuyen actualmente en el archipiélago; en el islote de Cima se hallaron huesos y huevos pertenecientes al piquero enmascarado (Sula dactylatra), un ave marina extinta en Cabo Verde, y en varias islas has aparecido restos subfósiles de la alondra de Raso (Alauda razae), actualmente restringida a este islote y en peligro de extinción.

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