Petrel freira, petrel de Zino (Pterodroma madeira)

Este petrel endémico de la isla de Madeira, de 80 cm de envergadura y unos 33 cm de longitud, es probablemente una de las aves marinas más escasas del mundo, tanto que hasta su redescubrimiento en la década de 1960 se le consideró incluso extinta. En las últimas décadas se han llevado a cabo importantes avances sobre su biología, estatus y distribución, que han servido para comprobar su carácter de especie seriamente amenazada. En primer lugar porque su población, aunque recuperada, sigue siendo muy precaria, entre 65 y 80 parejas, según estimas recientes, y una distribución restringida al macizo montañoso oriental de Madeira, en altitudes superiores a 1.600 m, en pequeños andenes de difícil acceso, donde además la erosión es muy elevada, eliminando el suelo que estas aves necesitan para excavar sus galerías. Esto no ha sido obstáculo para que hayan irrumpido ratas y gatos que depredan pollos y huevos, algunos años con efectos devastadores. En agosto de 2010 un incendio intencionado golpeó de lleno en su periodo de nidificación (marzo-octubre), matando 24 juveniles en sus nidos y afectando gravemente el hábitat de cría de estos petreles, un desastre sin precedente que ha obligado a redoblar esfuerzos para frenar la erosión y construir nidos artificiales destinados a reponer los que se destruyeron. Los primeros datos recogidos de aves marcadas con geolocalizadores indican que durante la época reproductora (abril-septiembre) las aves permanecen en aguas cercanas a Madeira, pero tras este periodo se desplazan hasta las costas de Mauritania y Senegal, noroeste de Brasil, Santa Helena y al oeste del golfo de Guinea.

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